1. Hasta 1939
-MODERNISMO
Machado
-GENERACIÓN
DEL 98
J.Ramón Jiménez
-NOVENTISMO
a GENERACIÓN DEL 27
-VANGUARDIAS
-GENERACIÓN
DEL 27
-TEATRO
HASTA 1939
2. 1939-1975
-La
novela desde 1939
-La poesía
desde 1939
-El
teatro desde 1939
-El
ensayo desde 1939
Hasta 1939 (Guerra Civil):
El
modernismo y generación del 98
A
finales del siglo XIX, aparece en España el Modernismo que coexiste con un
grupo de intelectuales llamado Generación del 98. Ambos movimientos literarios
coinciden en percibir el movimiento histórico por el que pasa el país con
insatisfacción; pero mientras los modernistas buscan la evasión de la realidad
mediante la expresión de lo fantástico, lujoso y sensualidad (musicalidad, colores,
texturas, aromas...), los noventayochistas tratan temas de la actualidad
española y el estilo es más sobrio.
La
temática y estilo de uno y otro grupo requieren el uso de una terminología bien
diferenciada. Los modernistas consiguen crear un efecto mas cosmopolita,
retórico y extravagante gracias a la introducción de neologismos y cultismos. El
léxico de los noventayochistas es más sencillo: buscan la claridad e incluso a
veces emplean arcaísmos para dar mayor sensación de autenticidad y espíritu
popular. Se suele incluir en el modernismo a Ruben Darío, Francisco Villaespesa
y Manuel Machado; y en la generación del 98 a Miguel de Unamuno, Azorín y Pío Baroja. Mientras
que otros escritores como Antonio Machado y Valle Inclán son difíciles de
clasificar porque en ellos encontramos características de los dos grupos
literarios. El género literario más empleado en el modernismo es la poesía
lírica, en la que se introducen numerosas innovaciones métricas. La novela y el
ensayo que se adapta muy bien al desarrollo de los más diversos temas, serán
los expresivos más frecuentes en los autores del 98.
EL
MODERNISMO
Se
denomina así al movimiento literario nacido en Hispanoamérica en el ultimo
cuarto del siglo XIX y difundido por España por Rubén Darío.
En su
proceso de formación influyeron decisivamente dos movimientos artísticos de
origen francés. El “Parnasianismo” (retorno de temas mitológicos y antigüedad
greco-latina) y el simbolismo (atribución de significados subjetivos a colores,
formas, seres, etc.) El auge del modernismo fue breve y puede considerarse
acabado hacia 1915, pero su importancia fue decisiva para la evolución de la
poesía española pues supuso una renovación total. El modernismo fu, sobretodo,
un movimiento poético aunque también se cultivó la novela, el cuento y el
teatro.
En
cuanto a los temas se distinguen dos líneas principales, la que trata de
asuntos del pasado o exóticos y la que da lugar a la expresión de la intimidad
del poeta y en ambos es perceptible la huella del romanticismo. La primera, la
línea escapista es la más representativa, los ámbitos en que se refugia el
poeta modernista en busca de la belleza son lugares exóticos y épocas antiguas.
Se construyen palacios, jardines, pagodas, como si fueran decorados por los que
desfilan caballeros, princesas, guerreros legendarios, cisnes, ninfas y
centauros. No hay límite geográfico, Japón o París, Chile o Grecia tienen
cabida en el poema si permite la ambientación de algo hermoso. El erotismo y
las conductas amorales aparecen con frecuencia, como muestra del espíritu
rebelde y antiburgués que late en el fondo de la actitud modernista.
La
línea intimista trasluce el mal estar del poeta con lo que le rodea. El amor y
el mundo son vistos con ojos melancólicos. Hay un deseo de plenitud que resulta
irrealizable. En los poemas esta nostalgia y desasosiego se enmarcan en
paisajes otoñales o despoblados, jardines crepusculares (el atardecer), de
clara raíz romántica.
Los
poetas modernistas explotan todas las posibilidades del idioma en buscar lo
bonito. El color es fundamental y la adjetivación cromática recorre todas las
gamas. El poeta modernista se sirve de un léxico muy rico (neologismos,
cultismo, etc) para crear sonoridad.
La
musicalidad del verso es otro instrumento que se acomoda a los temas y
palabras. Se encuentran al frente de las composiciones. El sentido musical
viene dado por la habilidad en el uso de la métrica. Los modernistas se
inclinan por el alejandrino, dodecasílabo o eneasílabo, poco usadas hasta
entonces. Los cuidados esquemas acentuales proporcionan el ritmo musical al
poema.
En
España se puede considerar como propulsor del movimiento a Salvador Rueda. Pero
las figuras más importantes de la poesía modernista son Antonio Machado
Soledades, Galerías y Otros poemas, y Juan Ramón Jiménez Arias tristes,
Jardines Lejanos y La Soledad Sonora. Aunque ambos evolucionarán alejándose del
modernismo. En estos dos autores y algún otro como Manuel Machado y Eduardo
Marquina, la poesía adquiere un tono más intimista y se expresa con modos más
cercanos al simbolismo .
En
cuanto a la narrativa y al teatro hemos de destacar las Sonatas de Valle
Inclán, y en la corriente denominada teatro político la obra de Eduardo
Marquina, Las hijas del Cid.
LA
GENERACIÓN DEL 98
Aunque
los primeros años del Siglo XX continúan las tendencias narrativas de finales
el Siglo XIX, es en esta época cuando se da la reacción contra el realismo y el
naturalismo. En los jóvenes novelistas se observa una voluntad de renovación.
En 1902 se publican cuatro títulos con una concepción novelística nueva. Y son:
- La voluntad de Azorín.
- Camino de Perfección de Pío Baroja
- Sonata de Otoño de Valle Inclán
- Amor y Pedagogía de Unamuno
Dos
circunstancias provocan la irrupción de estos autores en el panorama
intelectual y literario: el ambiente de crisis política, económica y moral que
se vivía a finales del siglo XIX, agudizado por la perdida de las últimas
colonias en 1898, año que da nombre a la generación. Y el agotamiento de temas
y formas de la literatura del siglo anterior. Por ello, los escritores del 98,
entre los que se incluye a Unamuno, Azorín, Baroja y parte de la obra de
Antonio Machado y de Valle Inclán, manifiestan su protesta contra las
costumbres decadentes dela sociedad española y proponen una reforma total en
las conductas sociales y morales de los españoles. Además, defienden el
subjetivismo, la visión personal de las cosas, frente a la fiel reproducción de
la realidad que pretendían los autores del XIX. Los temas predominantes son:
A) Tema
de España; enfocado desde una visión subjetiva e individualista, aunque en
todos los autores hay un objetivo, el descubrimiento del alma de España y ello
por medio de tres elementos: El paisaje: el de Castilla en especial, en el que
se descubren el espíritu austero y sobrio del hombre castellano. La historia:
pero no de los grandes acontecimientos políticos o bélicos, sino la historia
del hombre anónimo, la de la vida cotidiana, a la que Unamuno llamó
Intra-Historia. La literatura: volviendo a los autores medievales como Berceo,
Rojas o Manrique, y a los clásicos olvidados como Góngora o Gracián. Especial
interés por Cervantes y El Quijote y así como por Larra.
B) Tema
existencial que abarca desde la preocupación por el sentido de la vida hasta
los problemas de carácter religioso, pasando por conflictos psicológicos del
ser humano. Las distintas actitudes ante estos temas difieren de unos autores a
otros. Angustia y obsesión por el deseo de inmortalidad en Unamuno;
Preocupación por la caducidad de lo terrenal en Azorín; o incredulidad
religiosa en Baroja.
La
técnica estilística y literaria también se vio afectada por el talante
reformador. El aspecto más característico es el rechazo de la expresión
retórica y grandilocuente. Todos los autores tienen la necesidad de un retorno
a lo sencillo y claro, pero sin perder la fuerza expresiva. Tienden a la
precisión léxica, a la elección de la palabra justa. Muchas veces buscan
vocablos extraños por su sabor local o arcaizante (terruñeras). El léxico se
impregna de valoraciones subjetivas que revelan sus sentimientos íntimos. En
cuanto a las construcciones sintácticas, evitan las oraciones excesivamente
completas debido a esa tendencia a la sencillez. De ahí que proliferen las
oraciones simples o, en todo caso, la yuxtaposición.
De
Azorín La voluntad, Antonio Azorín y Doña Inés.
De
Unamuno Amor y Pedagogía, Niebla y Tia Tula
De Pío
Baroja El árbol de la ciencia y La Busca.
De
Valle Inclán Sonatas, Trilogía sobre guerra Carlista y Tirano Banderas.
ANTONIO
MACHADO
Nació
en Sevilla en 1875 en el seno de una familia culta y liberal. Su padre,
republicano, destacó como un importantísimo impulsor de los estudios
folclóricos, publicó numerosas recopilaciones de poesía popular y colaboró así
en la revalorización de la poesía tradicional que tanta importancia tuvo en el
postromanticismo y después en toda la poesía española hasta entrado el siglo XX.
En 1883, la familia se traslada a Madrid y Antonio estudió en la Institución
Libre de Enseñanza, cuyo espíritu laico progresista y tolerante no se borró
jamás del carácter de Machado. En 1899 se encuentra junto con su hermano Manuel
en París viviendo de traducciones. Las estancias en París se alternan con la
vida en Madrid donde frecuenta ambientes modernistas. En 1907 consigue la
cátedra de Francés en el Instituto de Soria donde conoce a Leonor Izquierdo con
la que se casó en 1909. La prematura muerte de Leonor en 1912 dejará una huella
honda y dolorida en el poeta que decide trasladarse a Baeza y allí se trasladó
en 1919 al Instituto de Segovia y en 1927 es elegido miembro de La Real
Academia Española. Durante la guerra civil toma partido por la cause republicana.
Gravemente enfermo marchó en exilio en Enero del 39 y poco después, el 22 de
Febrero muere en al Localidad francesa de Collioure.
Obra
Poética
Publica
en 1903 su primer libro de poesía, Soledades, que reedita con modificaciones en
1907 con el título de Soledades Galerías Otros Poemas. Pero su obra más
importante es Campos de Castilla que se publicó primero en 1912 pero cuya
edición definitiva es en 1917. En esta obra se advierten cambios fundamentales
con respecto a Soledades: la primera es considerada modernista, mientras que
Campos de Castilla sería 98. Ahora se atenúan considerablemente el subjetivismo
y la introspección típica del modernismo intimista y pasa a un primer plano la
realidad exterior. Si en Soledades el
paisaje es simbólico en el que se proyecta el “yo” del autor, En Campos de
Castilla el paisaje es de inspiración objetiva. Y, más que recrear una
atmósfera sentimental propicia para la meditación, se describen paisajes
reales. El “yo” del poeta pasa a un segundo plano y se abre a los otros. Es
como si Machado pretendiera buscar en los demás las claves de una realidad que
no había encontrado en sí mismo. En buena medida Campos de Castilla supone la
vuelta hacia cierta poesía realista como vía de salida de un modernismo simbolista
ya agotado. Ello no será visto con buenos ojos por quienes, como Juan Ramón
Jiménez, intentan también superar el modernismo pero por el camino de la poesía
pura y no del realista, quedan así delimitadas las dos vías por las que
transitará la poesía durante épocas. En esta obra conviven poemas muy diversos.
Así, de acuerdo con el título abundan las que describen paisajes y gentes de
Castilla y se nos presenta el contraste entre el pasado glorioso de estas
tierras y su andrajoso presente.
Al lado
de estos descriptivos textos hay otros que pintan una visión negra de lo
español.
Cuando
después de la muerte de Leonor (1912) Machado recuerda las tierras castellanas,
desde Baeza su visión es más lírica y emotiva y el paisaje aparece otra vez
teñido de subjetividad. También del período de Baeza son los poemas con
paisajes y gentes andaluzas, en las que Machado
tras haber observado el mundo de latifundios, señoritos y miseria,
presenta una dura visión de la España tradicional, religiosa y conservadora desde
una ideología abiertamente progresista. La sección titulada “Proverbios y
Cantares” presenta un tipo de poesía nuevo de carácter filosófico y moral. En
estos poemas Machado aúna sus preocupaciones filosóficas y existenciales con
las formas estróficas populares, todo ello envuelto frecuentemente en una sutil
ironía aunque en ocasiones tienen un carácter circunstancial e incluso
humorístico, estos poemas sirven para dar cauce a los más hondos pensamientos
de Machado. Dios, la verdad, el sueño y la realidad, etc. El libro se cierra
con la sección titulada Elogios en la que se nos muestra el dialogo intelectual
que Machado entabla con otros escritores de su tiempo. Azorín, Rubén Darío,
Unamuno, Juan Ramón Jiménez.
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