ROMANTICISMO
El
romanticismo frente a los valores impuestos por el mundo burgués y su sociedad
mercantil y racional, defiende el Poder creador del espíritu. El “yo” artístico
se convierte en el principal impulso de la creación y su libertad absoluta la
única regla que se debe incluir y cumplir.
De la
exaltación del “yo” y del ideal de libertad se derivan las principales
características de este movimiento:
Rechazo
de una realidad: que se opone a los ideales del escritor y la consecuente huida
o evasión.
Por
medio de la imaginación: los países exóticos, el pasado (la Edad Media en
especial) se convierten en los refugios idealizados por los escritores
románticos.
Análisis
de la intimidad: la expresión de los sentimientos constituye una preocupación
obsesiva. Y el escritor encuentra, al explorar en su interior, la
desesperación, la melancolía, la soledad, angustia o tristeza.
Importancia
de paisajes o ambientes: descripción de la naturaleza que sirve para
exteriorizar los paisajes interiores del artista. Ruinas, crepúsculos,
tormentas, jardines abandonados, mazmorras, cementerios, etc.
En
cuanto a la técnica o estructura, de la obra literaria, la libertad creativa,
se manifiesta en la mezcla y confusión de distintos géneros, aún dentro de la
misma obra. Los personajes suelen ser tipos literarios, sin demasiadas
complejidades psicológicas. El estilo dominante suele ser retórico y trata de
lograr una sonoridad y una brillantez a veces excesiva.
PROSA
ROMÁNTICA
A
comienzos del Siglo XIX se inicia un género de gran éxito, la novela histórica,
que sigue la moda y sitúa sus argumentos en tiempos pasados. En este género no
se produjeron obras maestras ni siquiera autores destacados, a excepción quizás
de El Señor de Bembibre (1844) de Enrique Gil y Carrasco. Por ello, el mayor
interés reside en los artículos costumbristas (se caracterizan por la
descripción de tipos y costumbres sociales o populares con una intención
didáctica: mejorar la sociedad), y en el debate ideológico y cultural que se
entabló en periódicos y revistas. La máxima figura de la prosa romántica es
Mariano José de Larra.
Larra
cultiva todos los géneros, pero la mayor importancia literaria de este autor
reside en sus artículos periodísticos. Los más importantes de los cuales son,
sobretodo, los artículos de costumbres. Actitud crítica. Irónica y mordaz al
tratar de la vida española, de sus vicios y defectos, pues su deseo es el
progreso de una sociedad estancada en la pereza y en el atraso.
Vuelva
usted mañana y El castellano viejo.
Sus
artículos de crítica literaria, se centraron principalmente en el teatro.
Escribió reseñas de estrenos y en ellos intercaló posiciones de su teoría
dramática. Su estética literaria se compendia (reúne) en el artículo titulado
Literatura. Los artículos políticos corresponden a los últimos años de su vida,
y en ellos el Larra combativo y defensor de sus ideales liberales deja paso al
Larra del desengaño y la desesperanza, próximo ya al suicidio. El día de
difuntos de 1836. La estructura con la que compone sus artículos es variable.
Con frecuencia se encuentra como testigo de unos hechos, en ocasiones los
describe a modo de corta y otras veces como si hubieran sido un sueño. Son
habituales las digresiones morales o filosóficos en los que exponen sus
teorías. El lenguaje es junto con su aguda y viva observación de la realidad,
lo que le ha asegurado la vigencia literaria: se trata de un lenguaje natural,
claro y preciso, alejado del retoricismo.
POESIA
La
lírica romántica no triunfó en España hasta finales de la década de los 30 y su
periodo de plenitud duró unos 20 años. Sin embargo, puede hablarse de un
postromanticismo o de una segunda generación romántica que se desarrolló
durante la segunda mitad del Siglo. Y en las que surgen dos poetas
caracterizados por un romanticismo íntimo, que los convirtió en puentes hacia
la lírica moderna. Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. La aportación renovadora del Romanticismo se
aprecia en todos los aspectos de la poesía. El léxico: se puebla de términos
que reflejan el espíritu de la época: la insatisfacción, las ilusiones, la
melancolía, la pasión, ideales, frustración, etc. Las imágenes: se llenan de
exotismo, de paisajes crepusculares o misteriosos, tratados con una
sensorialidad muy cuidada. Métrica: se usan todo tipo de estrofas y versos,
aunque se tiende al uso de las formas más populares. El romance se convierte en
una de las composiciones preferidas. En el poema se mezclan versos de distinta
medida y diferentes formas estróficas, lo que produce una sensación de mayor
libertad y dinamismo.
Temas: el
amor ocupa un lugar preponderante. Es un amor apasionado, casi siempre
imposible de alcanzar lo que motiva la profunda desgracia del poeta. Junto al
amor aparece la preocupación religiosa, la angustia ante la muerte y además los
motivos sociales y políticos: mediante la aparición de personajes rebeldes (el
pirata, el preso, etc...) El poeta expone sus anhelos de libertad y los
obstáculos que encuentra para lograrlos. Tendencias: Poesía narrativa cuyos
motivos más comunes son las leyendas y asuntos históricos como ocurre en
Leyendas en Verso de Zorrilla o en Los romances Históricos del Duque de Rivas.
Los
poetas más representativos de la 1ª generación de Románticos:
José
Zorrilla en poesía, José de Espronceda El estudiante de Salamanca y el Duque de
Rivas Romances Históricos.
A la
segunda generación, al postromanticismo pertenecen: Gustavo Adolfo Bequer con Rimas y Rosalía de Castro En las Orillas
del Sar. De Bécquer hace en buena medida la poesía moderna ya que su
romanticismo evolucionó hasta lograr una nueva sensibilidad y un léxico poético
muy alejado del léxico retórico y gastado de sus antecesores. No menos
importante es en este sentido la poesía de Rosalía de Castro en la que
predomina la melancolía, soledad, dolor y la autenticidad de su voz poética.
TEATRO
La
introducción del Drama Romántico en Españase retrasó por la supervivencia del
teatro neoclásico en las primeras décadas del Siglo.
Ambas
tendencias convivieron en los escenarios, originando debates sobre preceptiva y
estética teatrales. Las características principales son:
Se
produce la ruptura con las reglas de la
preceptiva teatral aristotélica que con tanto rigor habían impuesto los
dramaturgos neoclásicos.
Libertad
de creación, valor supremo que rige la creación teatral. Se mezclan géneros
cómicos y trágicos y se emplean indistintamente el verso y la prosa en una
misma obra, aunque al final terminará triunfando el verso.
Estructura:
las obras pueden estar divididas en 3, 4 o 5 actos y el texto incluye numerosas
acotaciones para la descripción de personajes decorados con situaciones.
Genero:
el más cultivado, el Drama histórico.
Edad
Media: momento histórico preferido, si bien el mundo medieval solo es marco
para tratar los problemas sociales del Siglo XIX. Los escenarios representan
cementerios, mazmorras, lugares abandonados, bosques tenebrosos, etc.
Protagonistas:
un hombre y una mujer que se enfrentan a la imposibilidad de su amor. El héroe
suele estar rodeado de un origen misterioso que al final suele revelarse como
de procedencia noble, incluso emparentado con el antagonista. La mujer reúne en
sí todas las virtudes psíquicas e intelectuales, pero el amor que ella enciende
conduce a la destrucción. Los demás personajes son sólo simples espectadores
del amor trágico o actúan como oponentes a la consecución de ese amor.
El gran
tema es el amor: fatídico y apasionado que se opone a las normas sociales y
arrastra a quien la padece a la muerte. Otro tema es la libertad, el anhelo de
alcanzar una libertad absoluta (política, social o humana) que se ve impedido
por el entorno o destino. El desenlace trágico, la muerte final que acecha a
los protagonistas no es una lección moral, en la que haya un castigo por sus
amores ilícitos sino un grito de dolor y rebeldía en contra de un mundo que no
admite el cumplimiento de los ideales.
Los
autores y obras más importantes del drama romántico son:
La
conjugación de Venecia de Francisco
Martínez de La Rosa, Don Álvaro y la fuerza del Sino Duque de Rivas, El
trovador de Antonio García Gutierrez,
Los amantes de Teruel de Juan Eugenio Hartzenbusch y Don Juan
de José Zorrilla.
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